HEINEKEN ha presentado su nueva hoja de ruta global para la protección de las fuentes de agua de cara a 2030, destacando los proyectos de compensación hídrica Doñana, Cañaveral y Olivo, desarrollados en España, como casos de éxito a nivel mundial. Esta visión, alineada con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 6 de las Naciones Unidas, define los próximos pasos de su compromiso con uno de los desafíos más importantes para nuestra sociedad ya que, según la FAO, dos tercios de la población mundial podrían vivir en condiciones de estrés hídrico en 2025.
Tal y como afirma Mauricio Domínguez Adame, director de Responsabilidad Social de HEINEKEN España: “Nuestro compromiso con la protección de las fuentes de agua siempre ha ido más allá. El agua es fundamental para HEINEKEN en todos los lugares donde operamos. La cerveza es 95% agua y, sin el agua, no podríamos cultivar cebada y lúpulo ni elaborar cerveza. Por eso en HEINEKEN estamos convencidos de que no es suficiente concentrar nuestros esfuerzos en reducir el consumo de agua. Como compañía, sabemos que debemos compensar al medio y hacer que nuestra actividad no ejerza efectos negativos sobre el ciclo del agua. Convertirnos en una fuente de inspiración para otras empresas y para la sociedad, garantizando el progreso de las comunidades en las que operamos”.
Los objetivos del programa ‘Every Drop’ para 2030 plantean un reto en el que HEINEKEN España comenzó a trabajar hace años: alcanzar el balance hídrico neutro y devolver al medio cada gota de agua utilizada en la elaboración de sus cervezas. En 2018, la compañía ha elaborado más de 10,5 millones de hectólitros de cerveza y ha compensado al medio con más de 1.000 millones de litros de agua con el Proyecto Doñana, acreditados por el Centro Andaluz del Medio Ambiente de la Universidad de Granada. Se acerca así a los objetivos previstos dentro del programa de compensación hídrica Water Balancing, que finalizará su primera etapa en 2020. A ello hay que sumar las actuaciones en las que actualmente trabaja con los proyectos Olivo y Cañaveral, con los que la compañía aspira a duplicar esta cantidad para devolver al entorno más de 2.000 millones de litros de agua al año.
Esta experiencia previa y el enfoque multi-local de la compañía, que se enriquece con una forma de trabajar propia en cada mercado, le ha llevado a enfrentar este desafío teniendo en cuenta el contexto de cada cuenca de agua para priorizar en función de sus necesidades. Para ello, HEINEKEN ha desarrollado una fórmula que comprende tres áreas de actuación clave en cada mercado, que deben considerarse de manera integral con el objetivo de tener el mayor impacto en la salud de la cuenca y las comunidades que la rodean. La fórmula, denominada HEINEKEN Water Triangle1 , contempla tres aspectos clave: gestión, eficiencia y circularidad del agua.
En la última década, la compañía ha reducido su consumo de agua en casi un tercio de los 5 hectolitros de agua por hectolitro de cerveza, manteniendo el consumo de agua en fábricas en 3,5 hectolitros por hectolitro de cerveza en España.
En esta nueva etapa, asume un compromiso aún mayor que será especialmente contundente en regiones con alto estrés hídrico como es el caso de España, donde aspira a reducir esta cifra a un promedio de 2,8 hl/hl.
Los objetivos del programa ‘Every Drop’ para 2030 plantean un reto en el que HEINEKEN España comenzó a trabajar hace años: alcanzar el balance hídrico neutro y devolver al medio cada gota de agua utilizada en la elaboración de sus cervezas. Este plan, que se hace realidad a través del programa ‘Water Balancing’ con los proyectos Doñana, Olivo y Cañaveral, afronta la recta final de su primera etapa en nuestro país. En apenas un año, en 2020, podrán conocerse los resultados de estas iniciativas consideradas un referente absoluto dentro del grupo cervecero y un hito de colaboración público-privada en toda España. De hecho, numerosos premios y galardones han reconocido la labor de HEINEKEN España por éxitos como la restitución de más de 1.000 millones de litros de agua al año gracias al programa de restauración de humedales en Doñana.
Además, como la mayor parte de la huella hídrica de la cervecera proviene de la agricultura, el plan de HEINEKEN para la próxima década implica la puesta en marcha de una serie de proyectos piloto en todo el mundo para cultivar cebada con menos agua, mejorar las prácticas de cultivo y probar variedades de semillas más tolerantes a la sequía y resistentes a las enfermedades. Este tipo de iniciativas ya comenzaron a implantarse en el Proyecto Olivo, una investigación que HEINEKEN España desarrolla junto a la Junta de Andalucía que, si tiene éxito, podría ahorrar unos 700 millones de litros de agua al año con su adopción a gran escala. Es decir, el objetivo de balance de agua total previsto para la cuenca del Guadalquivir, de la que se nutren las fábricas de Sevilla y Jaén. Durante cuatro años, la cervecera está realizando ensayos en campos de Jaén y Granada para contrastar la eficiencia del uso del agua en sistemas de cultivo mixto de cebada y olivar con el Proyecto Olivo.
Las primeras cosechas han arrojado muy buenos resultados, demostrando que la cebada como cubierta vegetal reduce la erosión, mejora el balance hídrico del suelo, además del paisaje, y minimiza el impacto del cambio climático. Además, las siegas han dado como resultado una cosecha de cebada con una calidad acorde a los requerimientos de calidad de HEINEKEN (calibre, humedad, pureza varietal e inexistencia de impurezas) y desde el punto de vista agronómico y medioambiental. Tanto es así, que en septiembre de 2018 se elaboró en La Fábrica de Cruzcampo la primera cerveza elaborada con cebada de olivar procedente de estos campos, Cruzcampo Bock Olivarera. Entre los meses de mayo y junio de 2019 tendrá lugar la tercera cosecha de cebada de olivar y ya han sido numerosos los agricultores que se han mostrado interesados en participar en una iniciativa que, además de generar beneficios para el medioambiente y el ciclo del agua, les ofrece una nueva fuente de ingresos económicos.
Junto a ellos cabe mencionar el Proyecto Cañaveral, puesto en marcha en 2017 junto a la Generalitat Valenciana con el objetivo de devolver al medio 348 millones de litros de agua, el equivalente a 1,5 veces la producción de cerveza de la fábrica de HEINEKEN en Quart de Poblet. Las actuaciones persiguen la restauración ecológica y la rehabilitación hídrica de uno de los principales afluentes de la Albufera de Valencia, una zona con gran valor ecológico que enfrenta un alto riesgo de inundación, mejorando el medio natural y contribuyendo a la recuperación de zonas rurales en la región. Los trabajos, centrados en el control de los cañaverales -uno de los 100 organismos más invasores del mundo según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN)- y en la reforestación del Barranco del Poyo con especies 100% autóctonas, están también a punto de finalizar.
Las novedades planteadas de cara a 2030 a nivel global incluyen también nuevos retos en regiones con estrés hídrico como España. Por un lado, maximizar la circularidad del agua a través de la recuperación, reutilización, reciclaje y tratamiento del 100% de sus aguas residuales (actualmente trata el 96,5% de ellas), devolviéndolas limpias al medioambiente. Además, consideran otras medidas que favorezcan el mantenimiento de las cuencas que nutren de agua a sus centros de producción, invirtiendo más tiempo y esfuerzo en actividades como la reforestación, la restauración del paisaje, la desalinización y la captura de agua e involucrando a socios locales en la protección de este activo compartido.